En estos días mientras jugaba al fútbol con mi hijo de cuatro años en el parque, de repente apareció un perro juguetón, de aspecto nada agradable. Al tirarle el balón, él corrió para recibirlo pero a su vez el perro aquel hizo lo mismo, llegando ambos a tomar el balón, con el agravante de que mi hijo lo tomo primero y el perro se abalanzo sobre él, y fue tan grande el susto que sintió, que corrió no para hacer el gol, sino a los brazos de su padre para buscar ayuda y socorro. Yo con un fuerte grito ahuyente al juguetón animal, brindándole seguridad en el momento que tanto lo necesitó.

Estimados amigos, la vida está llena de situaciones, en las que nos sentimos incapaces y que requieren la intervención inmediata, de alguien para que nos tienda la mano y nos libre de los riesgos que conllevan estas situaciones.

En los salmos 121:1 y 2, el rey David expresó: “A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.”

El rey busco algo más grande que él para procurar ayuda en uno de los tantos momentos en que se sintió impotente. En esta situación miró hacia las montañas pero de pronto reacciona y reconoce que el más alto que él y que de toda situación por la que atraviese es el Señor.

La biblia dice, que Jesús es Poderoso para librarnos de tentación,
Es poderoso para guardarnos sin caída,
Es poderoso para guardar nuestros depósitos hasta aquel día,
Es poderoso para perdonarnos,
Es poderoso para guardar nuestra salida y entrada, desde ahora y para siempre,
Es poderoso para cumplir lo que nos ha prometido,
Es poderoso para hacer más de lo que nos imaginamos o pedimos,
Y es poderoso para todo y más…

Hoy te invito a acercarte al Señor para que encuentres en él, socorro oportuno, es decir, en el momento en el que más lo necesitas. Si lo buscas y encomiendas tu camino y vida al Señor, antes de iniciar tus proyectos, Él guardará tu camino y no solo el tuyo, lo hará también con los miembros de tu familia y les brindará su auxilio.

Te invito a orar:
Amado Dios y Padre mío: Gracias por la oportunidad de la vida, por este nuevo día, por los proyectos que has puesto en mi corazón. Reconozco que de ti viene la gracia y el poder para lograr el éxito en lo que emprenda. Tu eres mi ayuda, guíame en el nombre de Jesús, amén.

Autor: Pastor David Cuesta